Buceando en el Mar Rojo
El Mar Rojo se ha transformado en la meca de los buceadores: todos ansían nadar entre los cientos de diferentes especies vegetales y animales que proliferan en sus aguas cálidas. Ubicado al sur de la península del Sinaí, el Mar Rojo baña las costas de varios países: Israel, Jordania, Arabia Saudita. El Yemen, y al sur Egipto, Sudán y Eritrea; se halla comunicado artificialmente con el Mar Mediterráneo por medio del Canal de Suez y con el Océano por el golfo de Aden.
El origen del nombre de este bíblico mar aún es un misterio no resuelto. Según algunas teorías se supone que hace referencia al color que toma el agua cuando aflora estacionalmente la bacteria Trichodesium erythraeum; otras sugieren que se debe a las montañas cercanas ricas en minerales rojos llamadas “Montañas Rubí” en hebreo. Aún existe la posibilidad de que el nombre provenga de una tribu habitante de la región , los “himaritas” cuyo nombre significa rojo, o que se tratase de una señalización geográfica, donde “Rojo” corresponde al sur, y “Negro” al norte.
El atractivo para los apasionados del buceo fue descubierto por Hans Hass en 1950 y desde entonces no se ha detenido la afluencia de ellos, tanto que se han creado dos rutas uniendo los distintos puntos de inmersión: la ruta norte y la ruta sur, menos conocida. Prácticamente todos los países que bordean el Mar Rojo están emprendiendo desarrollos turísticos adaptados a las necesidades de los buceadores, como, por ejemplo, cámaras hiperbáricas instaladas en los distintos puntos y centros de difusión de procedimientos de emergencia.
Al mismo tiempo se ha ido desarrollando una conciencia ecológica conservacionista que promueve el respeto y cuidado del Mar Rojo, tratando de minimizar el impacto que causan el buceo y las actividades relacionadas.
Por cierto, si piensas ir a bucear al Mar Rojo, estas son las pautas de conducta básicas bajo el agua:
- No des de comer a las especies submarinas
- No toques el fondo con tu cuerpo
- No arrojes residuos de ningún tipo.
- No molestes, asustes ni dañes a los habitantes de ese universo submarino
- No te lleves nada que no sea tuyo.
Foto: Vía Flickr