La apnea y la pesca submarina

Buceador

La pesca submarina está viviendo una época dorada. Fidedigna prueba lo son la cantidad de foros y de blogs dedicados al tema y el número de quienes dicen practicarla. No menos cierto es que en el horizonte aparecen algunos nubarrones que podrían suponer complicaciones, y la eterna desconfianza por parte de la pesca tradicional, pero teniendo en cuenta el entusiasmo del que se hace gala en ese acuático mundo no parece que su futuro pueda estar en entredicho.

El auge de la pesca submarina vino precedida por una serie continuada de hitos en apnea, en buceo a pulmón libre. Ya sabéis que el apneista es aquel que se sumerge, para descender x metros o para quedarse quieto, sin mayor reserva de aire que la almacenada en sus pulmones.

Los hombres del siglo XX, evidentemente, no inventaron este tipo de inmersión, que durante milenios fue el único posible. Lo que sí hicieron fue llevar las capacidades de resistencia hasta límites insospechados. No es menos cierto que ese afán competitivo es muy de nuestra época y que antes los lugareños de playas, litorales y sitios costeros no se preocupaban mucho en medir hasta qué profundidad tenían que bucear para coger al pez. Con cogerlo ya era suficiente.

Las modalidades tipificadas para el buceo libre son numerosas, entre las que destacamos:

Apnea con peso constante, tanto con como sin aletas. Pasa por ser la apnea más ‘justa’, en el sentido de que el buceador no tiene más recurso que los de su propia fisiología, sus propias capacidades.

Peso variable.

Libre, en la que alcanzan los mayores registros de profundidad.

Dinámica, ya con aletas, ya sin ellas

Estática. Esta apnea, que mide el tiempo máximo que el buceador permanece quieto bajo las aguas, suele realizarse en piscina y es la que permite marcas más amplias de resistencia.

Asimismo, las principales técnicas de pesca submarina son pesca a la espera, pesca a la caída y pesca al agujero. En todas ellas el pescador debe ir provisto de un equipo no muy costoso pero de vital importancia. Aletas, máscara, reloj, traje, guantes, boyas, carrete, cinturón de lastre o fusil son elementos indispensables. También el cuchillo, que puede resultar en ocasiones determinante ante posibles dificultades y enganches del buceador.

Justamente, la pesca deportiva es una actividad que requiere un respeto por la seguridad que no es sino el respeto que merece un medio distinto del terrestre como es el marino. Es recomendable, por lo tanto, salir acompañado y no perder de vista al compañero. Más allá de los imprevistos, la posibilidad de síncope o desmayo cuando el buceador sube hacia la superficie es siempre una amenaza.

En definitiva, tanto la apnea como la pesca submarina son actividades que permiten disfrutar de la naturaleza, algo tan necesario en nuestras sociedades urbanas. Pero como toda práctica semejante, es menester estar muy atentos y empezar de la mano de alguien con experiencia. Extremad los cuidados, amigos, porque el atenuar los riesgos no significa una disminución del placer inherente a una actividad. Al contrario, se gana más de lo que se pierde: la vida.

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