Crozon, una península rocosa en Francia
En la costa de Bretaña, en Francia, hay una península peculiar, una saliente de tierra rocosa que tiene forma de abrigo de mangas largas que parecen cerrarse sobre la bahía, protegiéndola.
Se trata de la Península Crozon, sobre la costa oeste de Finistère, un destino elegido por amantes del mar, la naturaleza y el ciclismo.
La mejor forma de llegar a esta península es desde Brest utilizando los ferries. Si vas por la carretera hay que seguir los caminos marcados que siguen la compleja costa de la lengua de tierra y rocas pero vale la pena pues los escenarios son muy bonitos y no faltan las leyendas locales en torno a cierto sitios, algo que sin dudas le da más color a la travesía.
A medida que te vas acercando a la península vale la pena hacer una parada y escalar el monte Menez-Hom, el «pie del gigante» desde donde se tiene una vista estupenda de la tierra y el agua. Puedes decender hasta los promontorios de la costa y escaparle un poco a los turistas pues la mayoría de ellos no suele descender hacia las playas del lado sur. Una opción es detenerse en La Palaue y descansar.
Entre los mejores lugares de Crozon está la Punta de Dinan, con varios puntos panorámicos como la Punta de Raz y el bonito cabo de la Chèvre o la Punta de Penhir, el mismo Cabo de la Chèvre con su red de senderos por los acantilados, la llamada Punta de los Españoles y las Tas de Pois, una hilera pintoresca de tres peñascos.
Incluso, si te gusta el surf puedes practicarlo en este cabo pero debes ser profesional o medio suicida pues es un sitio peligroso. Pero el lugar es muy hermoso, con pinos y apariencia muy salvaje, salpicado con un puñado de aldeas con casas de piedra y muy buen clima. Un bonito rincón de la costa francesa.
Foto: vía Wikipedia