El Estrecho de Corfú
Destino turístico paradisíaco y cultural, la isla griega de Corfú está situada en el mar Jónico y es la segunda isla en tamaño de las llamadas Islas Jónicas.
Relacionada desde tiempos inmemoriales con la historia de Grecia debido a su participación en la mitología de este país, su propio nombre (Kérkyra o Kórkyra) está relacionado con el agua. Por un lado en él aparece Poseidón, dios del mar y, por el otro, Asopo, uno de los ríos más importantes de Grecia.
La isla, que en el pasado año 2007 fue incluida en la lista de Patrimonios de la Humanidad que elabora la Unesco, forma parte también del llamado Canal de Corfú o Estrecho de Corfú. Con este nombre, se conoce al gran estrecho marino que separa precisamente a la isla de las costas de Grecia y de Albania.
Lo conforman una serie de pasajes que conectan el Mar Adriático con el Mar Jónico, siendo esta ruta muy utilizada para el transporte de mercancías a nivel local entre los citados países, con el puerto de Saranda en Albania y el de Igoumenitsa en Grecia. También es empleada por el tráfico de turistas y por una pequeña representación del comercio internacional. La parte más angosta del canal es la norte, con tan sólo 1,6 kilómetros entre Corfú y el continente.
El Estrecho también ha pasado a la Historia por lo que se conoce como el “incidente del Canal de Corfú”, que se refiere a tres episodios distintos que tuvieron lugar en el año 1946 y que implicaron a buques de la Royal Navy (propiedad de Gran Bretaña) que fueron atacados desde posiciones albanesas en el primero de ellos; en el segundo se utilizaron minas navales y en el tercero fueron las fuerzas de la Royal Navy quienes retiraron las minas en una operación en el Canal, pero en aguas albanesas quejándose estos últimos ante las Naciones Unidas.
Debido a ello, Gran Bretaña rompió relaciones con Albania en 1946 que no fueron restituidas hasta 1991. Estos hechos son considerados como uno de los primeros hechos de la Guerra Fría.