Montañas submarinas, viaje a las profundidades

Montañas submarinas

Al contrario de lo que mucha gente cree, la montaña más alta del mundo no es el Everest. Esta afirmación es, cuanto menos, toda una sorpresa para aquellas personas que la hubiésemos aseverado con toda seguridad. Pero lo cierto es que la cumbre más alta del planeta tiene por nombre Mauna Kea, posee una altura total de 9754 metros y nace debajo del mar, rebasando incluso la superficie del agua.

Por lo general, las montañas que nacen en el fondo del mar tienen un origen volcánico (aunque un pequeño porcentaje es de origen continental) y, del mismo modo, suelen superar los 1000 metros de altura. No obstante, a pesar de su magnitud, el relieve submarino sigue estando poco estudiado aún en nuestros días.

De todos modos, se sabe que el número total de montañas que superan la altura anteriormente reseñada supera los 100.000 de las cuales, y aunque un buen número de ellas están en el Océano Pacífico, la mayor cordillera marina (con más de 800 montañas) se encuentra en el Océano Atlántico. A esta sucesión se la denomina como Dorsal Atlántica y se extiende a lo largo de más de 20.000 kilómetros a través de los fondos marinos, desde Islandia hasta la Antártida.

Como curiosidad, en sus paredes anidan una gran biodiversidad, tanto de animales como de plantas sésiles (denominadas así porque no se desplazan). Gracias a esta gran variedad de nutrientes, así como a la de los distintos sustratos, los montes submarinos son un auténtico oasis dentro de la inmensidad del mar. Esto hace que multitud de aves marinas y otro tipo de animales (como tortugas, cetáceos o tiburones) se acerquen en gran número hasta estas montañas para, básicamente, conseguir alimento.

Estas formaciones geológicas únicas, junto con las de menor tamaño, son una muestra más de las maravillas que se pueden encontrar dentro del universo marino de nuestro planeta.

Foto Vía: Eumetsat

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